Despertarme un día desorientada y darme cuenta que estoy durmiendo en mi cama de Buenos Aires. Despertarme otro día y encontrarme en un hotel 4 estrellas en Bogotá y a los 3 días en un hostel en Lima para luego terminar durmiendo en la casa de otro amigo en la misma ciudad.
En esto se convirtió mi vida después de India. Sorpresas por todos lados. Esto de no armar planes demasiado estructurados me está empezando a gustar.
Una de las razones principales de volver a Argentina, además de estar con mi sobrino y toda la gente linda que tengo allá, mi intención era venirme a Colombia a hacer el instructorado de El Arte de Vivir. No comenté mucho, porque faltaban dos pasos fundamentales: aplicar y que me aceptaran.
Cuando llegué a Buenos Aires decidí que no quería volver a trabajar el siguiente lunes. Sentí internamente que necesitaba un tiempo de "ver qué pasaba".
Y el "ver qué pasa" no deja de asombrarme.
Son las 6.26 am en el aeropuerto de Bogotá, después de una noche de charlas y aventuras en este tipo de lugares que tanto me gustan.
En esto se convirtió mi vida después de India. Sorpresas por todos lados. Esto de no armar planes demasiado estructurados me está empezando a gustar.
Una de las razones principales de volver a Argentina, además de estar con mi sobrino y toda la gente linda que tengo allá, mi intención era venirme a Colombia a hacer el instructorado de El Arte de Vivir. No comenté mucho, porque faltaban dos pasos fundamentales: aplicar y que me aceptaran.
Cuando llegué a Buenos Aires decidí que no quería volver a trabajar el siguiente lunes. Sentí internamente que necesitaba un tiempo de "ver qué pasaba".
Y el "ver qué pasa" no deja de asombrarme.
Son las 6.26 am en el aeropuerto de Bogotá, después de una noche de charlas y aventuras en este tipo de lugares que tanto me gustan.
Me encanta recapitular lo que pasó en el último tiempo y cómo fui llegando al lugar en el que estoy.
Era principio de este año 2015 y entre los objetivos que me anoté (esa listita que hago todos los años y luego no sé ni qué puse ni si en algún momento lo termino cumpliendo) estaba el hacer el TTC (Teachers Training Course) para volverme instructora del curso básico de El Arte de Vivir. Lo hablé con Guruji, me dijo que mejor lo hiciera en Argentina. Y de pronto llegó el mes de abril y ya era hora de tomar acción y aplicar para tomar el curso.
Mis meses en el Ashram fueron de muchas idas y venidas en mis decisiones: que me quedo, que me voy, que qué hago. Días antes de la fecha de mi vuelo a Argentina (el que había pospuesto para fines de mayo) sentí que tenía que volver y que tomar el instructorado sería una de las razones más importantes para hacerlo.
Sin saber si me aceptarían o no, volví. Sin saber si en julio tendría que estar en Colombia, decidí no volver a trabajar y apostar a que mi foco solo sería prepararme para hacer el instructorado. Diez días más tarde, me llegó la confirmación de que podía participar del curso. Saqué el pasaje.
Aproveché que Guruji estaría en Colombia días antes del TTC y viajé un tiempo antes.
Así que sin demasiado previo aviso, sin haber terminado de ver a todos los que quería ver en Buenos Aires, me estaba subiendo a otro avión que me llevaría a Bogotá.
Pasé unos diez días de aventuras, de presenciar momentos históricos, visitar lugares en los que nunca pensé en estar y sacar un pasaje de un día para el otro y encontrarme en Lima. Ese viaje sí que no lo esperaba.
En esta visita por Latinoamérica Sri Sri Ravi Shankar recibió homenajes y premios en Perú y en Colombia por su contribución a una sociedad sin violencia y sin estrés. Se reunió con presidentes, alcaldes, empresarios, estudiantes y miles de personas necesitadas de vivir libres de estrés y de violencia. Estuvo en Cuba siendo mediador de paz por el conflicto colombiano con las FARC.
Siempre supe que Guruji estaba cambiando el mundo: su intervención en Irak, en el Líbano, pero todo esto es tan lejos de casa… Fue recién después de este viaje que realmente tomé dimensión de que lo que está haciendo es INCREÍBLE. Y que todos somos parte de esta Era. De este Presente.
La violencia está por todos lados: desde la vuelta de la esquina, la villa y hasta nuestras propias casas. Pero recién tomé conciencia de la magnitud de la labor de Él cuando lo viví tan de cerca.
Ahora, después de todo esto que viví se viene mi último tramo antes del instructorado y no puedo más del agradecimiento por este camino que llevo recorriendo. Un camino que es hermoso, que es sinuoso, que tiene montañas y valles, pero que aprendí a atravesarlo con una sonrisa venga lo que venga. Hasta cuando lloro, hasta cuando me enojo, hasta cuando me da bronca, hasta cuando me pongo nerviosa, hasta cuando me pongo indecisa. Venga lo que venga: UNA SONRISA.
Y esto parece un sueño. Un sueño del que uno se despierta y vuelve a soñar y así. Una vida de locos.
Era principio de este año 2015 y entre los objetivos que me anoté (esa listita que hago todos los años y luego no sé ni qué puse ni si en algún momento lo termino cumpliendo) estaba el hacer el TTC (Teachers Training Course) para volverme instructora del curso básico de El Arte de Vivir. Lo hablé con Guruji, me dijo que mejor lo hiciera en Argentina. Y de pronto llegó el mes de abril y ya era hora de tomar acción y aplicar para tomar el curso.
Mis meses en el Ashram fueron de muchas idas y venidas en mis decisiones: que me quedo, que me voy, que qué hago. Días antes de la fecha de mi vuelo a Argentina (el que había pospuesto para fines de mayo) sentí que tenía que volver y que tomar el instructorado sería una de las razones más importantes para hacerlo.
Sin saber si me aceptarían o no, volví. Sin saber si en julio tendría que estar en Colombia, decidí no volver a trabajar y apostar a que mi foco solo sería prepararme para hacer el instructorado. Diez días más tarde, me llegó la confirmación de que podía participar del curso. Saqué el pasaje.
Aproveché que Guruji estaría en Colombia días antes del TTC y viajé un tiempo antes.
Así que sin demasiado previo aviso, sin haber terminado de ver a todos los que quería ver en Buenos Aires, me estaba subiendo a otro avión que me llevaría a Bogotá.
Pasé unos diez días de aventuras, de presenciar momentos históricos, visitar lugares en los que nunca pensé en estar y sacar un pasaje de un día para el otro y encontrarme en Lima. Ese viaje sí que no lo esperaba.
En esta visita por Latinoamérica Sri Sri Ravi Shankar recibió homenajes y premios en Perú y en Colombia por su contribución a una sociedad sin violencia y sin estrés. Se reunió con presidentes, alcaldes, empresarios, estudiantes y miles de personas necesitadas de vivir libres de estrés y de violencia. Estuvo en Cuba siendo mediador de paz por el conflicto colombiano con las FARC.
Siempre supe que Guruji estaba cambiando el mundo: su intervención en Irak, en el Líbano, pero todo esto es tan lejos de casa… Fue recién después de este viaje que realmente tomé dimensión de que lo que está haciendo es INCREÍBLE. Y que todos somos parte de esta Era. De este Presente.
La violencia está por todos lados: desde la vuelta de la esquina, la villa y hasta nuestras propias casas. Pero recién tomé conciencia de la magnitud de la labor de Él cuando lo viví tan de cerca.
Ahora, después de todo esto que viví se viene mi último tramo antes del instructorado y no puedo más del agradecimiento por este camino que llevo recorriendo. Un camino que es hermoso, que es sinuoso, que tiene montañas y valles, pero que aprendí a atravesarlo con una sonrisa venga lo que venga. Hasta cuando lloro, hasta cuando me enojo, hasta cuando me da bronca, hasta cuando me pongo nerviosa, hasta cuando me pongo indecisa. Venga lo que venga: UNA SONRISA.
Y esto parece un sueño. Un sueño del que uno se despierta y vuelve a soñar y así. Una vida de locos.
Por los caminos sinuosos:)
ResponderBorrar:) Te quiero mucho Flor!
Borrar