jueves, 9 de abril de 2015

Mini reporte

Mucho pasó desde mi último post.
La vuelta al Ashram fue un retorno a casa literal. Mi primera llegada al Ashram fue llegar mi casa interior. A ese lugar en el que te sentís realmente a gusto con vos mismo y con el entorno. Ese momento en el que te sentís uno con el universo y sentís que vos le pertenecés al mundo y que el mundo te pertenece. Pero esta segunda llegada al Ashram fue llegar a la casa en la que muchas veces ves el desorden y te desespera, esa casa en la que se te vienen los mismos problemas de siempre o nuevos, esa casa en la que tenés discusiones con tu familia, en la que podés sentir incomodidades, en la que tenés que ir a trabajar y querés quedarte un ratito más en la cama y no ir a trabajar, en la que querés quedarte con tus amigos hasta tarde, pensando que al día siguiente tenés que ponerte a hacer tesis.
Así fue mi segunda llegada a casa después de unos lindísimos días en Delhi en la casa de mi amigo indio Sahan.
Volví al Info Centre. Esta vez con más experiencia y con mayores desafíos. Nos cambiaron al jefe y nos desestabilizó un poco el panorama. Estábamos todos tan contentos con nuestro actual jefe Prashant, que la noticia nos descolocó a todos. Pero eso pasa todo el tiempo acá en el Ashram. Nadie está estable en un lugar. Vas rotando. Supongo que para que uno no se aburra, para asumir nuevos desafíos, para dar un poco de aire. Y supongo que también para generar esto que generó en nosotros: un poco de incomodidad, de salir de la zona de confort.
Así que tener jefe nuevo me enfrentó a nuevos desafíos. Solo de verme detectó que podía utilizarme para más que atender a las visitas. Así que me puso a trabajar, en cada momento libre que tenía, en el armado de manuales para instruir a los nuevos sevas (voluntarios) al llegar al Info Centre. Eso me tuvo bastante ocupada las primeras semanas. Y cuando terminé me abrió las puertas para que fuera a hablar con los secretarios de Guruji para arrancar mi tesis de maestría acá. Eso es lo que me tiene más ocupada en estas semanas y es lo que me tendrá más ocupada en estas semanas también. Hacer la tesis acá fue una de las condiciones que me puse a mí misma para quedarme estos meses, así que estoy asumiendo mi compromiso.
En este mes haciendo voluntariado me volvieron a caer dos fichas importantes. La primera es que lo que pasa adentro pasa afuera: los mismos problemas que uno enfrenta en la vida real, también ocurren adentro del Ashram. Celos entre compañeros de trabajo, el que no trabaja, el que dice que se siente mal y no aparece, el que desaparece, los que hablan por detrás y podría continuar con la lista. Pero por otro lado, y aquí mi segunda ficha, que trabajar en un ambiente como este tiene un gran diferencial y es ver cómo se solucionan o se les da un nuevo viraje a estas cosas. En este mes y medio cada vez que hubo un pequeño problema, se resolvió de 3 maneras distintas y siempre hablando entre todos y haciéndonos crecer como seres humanos y profesionales. Es hermoso cuando de un conflicto interpersonal, una persona puede elevarnos a todos y sacar lo mejor de cada uno, para luego sentir que esta es mi familia.
Y esa es la misión de Guruji y del Arte de Vivir: una familia mundial. Y acá la siento cada día más. Antes la sentía porque estaba rodeada de gente de todas partes del mundo; ahora siento que India en sí misma es mi familia. Haberme quedado en esta época donde hay poco movimiento de visitas internacionales hizo que me hiciera muy amiga de los indios con los que trabajo y de amigos de ellos. Mucho cambió gracias a esto, ahora como muy seguido con ellos en el comedor de los nacionales en los que me siento en el piso y como con las manos (se acuerdan que me rehusaba a hacerlo?), jugué al cricket en el campeonato de mujeres y hasta muchas veces entiendo cuando me hablan en hindi. Impresionante lo que 4 meses pueden hacer cuando uno está disponible a aprender y seguir creciendo en todos los aspectos de la vida.
La parte no feliz de toda esta historia es que el calor me estuvo matando. Hoy, y creo que es por esto que estoy escribiendo, es el primer día que tengo más energía en el horario de entre las 12 y las 16. Pero llegando a los casi 40 grados diariamente me estuvo provocando todo tipo de reacciones que me han llegado a generar ganas de volver a casa de lo insoportable que sentía el clima.
Si hoy escribo así de feliz y contenta es porque ya reviví. Tal vez me haya empezado a acostumbrar o al menos ya tengo algunos tips de cómo combatirlo.
Espero que todos estén viviendo sus respectivos momentos presentes. Ahora!
Los abrazo.

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