Desde el colectivo número 13 de Banashankari a Brigade Road en pleno Bangalore se me ocurrió que podría ser un buen momento para contar acerca de la etapa que estoy cerrando hoy.
(Btw: es mi primera salida del Ashram desde que llegué el 8 de dic y nos estamos yendo al Shopping a ver el Hobbit en 3D. :)
Luego de 26 días en el Info Centre me toca despedir esta lindisima primer etapa de Seva (servicio, voluntariado) en el Ashram.
Increíble lo rápido que pasó. Pero a la vez la cantidad de momentos que viví.
Ese es uno de los aprendizajes de estos días y de mi vida en sí. La vida no se trata de tiempo, sino de lo que uno puede hacer con ese tiempo. Al fin y al cabo podemos hacer que el tiempo sea una gran relatividad dependiendo de qué tan bien lo utilicemos. Y no se trata de productividad y todo lo que puedo hacer en ese tiempo de efectivo. Sino con la intención, la profundidad, el foco y la alegría con lo que es vivido ese tiempo.
Y eso es ser un Yogui. Vivir el momento presente y hacer algo creativo de ese momento.
Mis primeros días en el Info fueron raros. No me terminaba de hallar. Tenía mucho tiempo libre y me sentía un poco mal por tenerlo. Esta vieja culpa autoimpuesta de sentir que tener tiempo libre es sinónimo de desperdiciar el tiempo.
Pero teniendo esta doble sensación de: me pongo a leer o escribir y me da un toque de culpa, pero a la vez no pasa nadie a pedir información, así que me quedo tranquila.
Además me costaba entender el inglés indio o muchos me hablaban en hindi; cada vez que me daban un nombre para que los anotara en el Bus Tour anotaba cualquier cosa porque ni siquiera entendía el deletreo... Los llamados los terminaba derivando porque no entendía qué me pedían. Así que me sentía un poco inútil. Prefería irme a la oficina a contactar gente latina que necesitaba ayuda para venir. Porque en eso sí me sentía más útil.
Hasta que un día, decidí salir de mi zona de confort y empecé a ser más proactiva y que no me importara ni el idioma, ni el que soy nueva y empecé a estar más disponible.
Y cuando uno cruza esa línea, ahí ocurre la magia.
Mi inspiración para salir de mi zona de confort y salir al encuentro de quien necesita de mi ayuda antes de que si quiera lo pida, fue uno de los Sevas: lo llamamos el Robin Hood del Ashram. El tipo es increíble. Todo el tiempo alerta y disponible para ayudar al que sea y hacerlo sentir en casa.
Cruzar la línea me hizo conocer a muchísima gente lindisima. Algunos quedaron amigos, otros tal vez ni llegué a despedirlos. Pero son momentos que me quedan gravados.
Un alemán de unos 45 que vivió mucho tiempo en EEUU y se terminó quedando como una semana en el Ashram e hizo su primer curso acá. Una polaca que habla inglés, alemán y castellano, que trabaja en Google y vino a hacerse tratamientos ayurvedicos. Ella sigue acá y es increíble ver su antes y después del tratamiento, todavía sigo compartiendo con ella. Un italiano que logramos que baje un cambio y disfrute más del momento presente, sigue acá y su cara brilla cada día más, siempre viene y me regala algo rico para comer o tomar. Un californiano que quedó fascinado después del Bus Tour y terminó volviendo el fin de semana siguiente a hacer el curso. Con este chico experimenté mucho lo que es dar sin esperar nada a cambio. Un grupo de 20 yankies de una agrupación católica, que después de pasar como 2 horas con ellos, me hicieron tomar conciencia de que estoy viviendo un sueño que soñé cuando era chica y muy católica (esto lo cuento en el próximo post). Fue muy linda la conexión que tuve con ellos. Una suiza-alemana con la que compartí casi un día y tuve conversaciones de lo más profundas sobre la vida, los objetivos, los tiempos de cada uno, las no casualidades. Una pareja de indios que estaban llevando a recorrer a un yankie por Ashrams en India. Tuve un almuerzo divino con ellos, el yankie tenía tanta profundidad y los indios tanta sabiduría. Este encuentro me hizo sentir que estoy en el mejor lugar donde puedo estar. Antes de venir yo también quería hacer el tour por los Ashrams, pero cuando llegué me di cuenta que estaba en casa y que el viaje que venía a hacer era el de la cabeza al corazón. Y este es el mejor lugar en el que puedo estar para eso.
Como verán no estoy viajando. Pero conociendo tanta gente, viajo todos los días. Ahora tengo amigos en Bulgaria, Montenegro, Jordania, Brasil, Estados Unidos, India de todas partes, México, Venezuela, Malasia, Japón, China.... Todos formamos una gran familia mundial.
La Cande tímida quedó atrás y me convertí en el centro de información del pueblo. :) Literal.
Cruzar la línea hizo que de repente el Info Centre fuera un lugar del cual podía disfrutar de cada momento y no estaba esperando que se terminara, pero que también era feliz de terminar e ir corriendo al Satsang que ya había arrancado. Un lugar donde me hice amigos del trabajo. Sobre todo a la linda de Johanna, la alemana, con la que nos hicimos íntimas. Prashant, mi jefe, que es un dulce de leche. Me ayudó a organizar todo el viaje que voy a hacer en febrero y con el que tuve charlar que guardo en el corazón. Upkar Ji, el Robin Hood, mi inspiración y ejemplo, de esas personas que queres tener siempre cerca. Pranava el indoo americano que me hizo descostillar de la risa y le trajo más sal al lugar.
Adiós segunda etapa. Se me viene el curso de Conocimiento Védico por casi un mes.
Ya contaré más detalles.
Los abrazo fuerte.
Me encanta como hablás de viajar sin moverte de lugar.
ResponderBorrarAsí es. Al fin y al cabo la vida se trata de eso. Uno de nuestros tantos viajes.
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