sábado, 14 de marzo de 2015

Extrañar

Este verbo debía aparecer en algún momento en todo este relato. En algún momento me iba a pasar, tocaba.
Ya pasaron los 3 meses, ya pasaron todas las emociones de lo nuevo, de lo que se viene, de lo que no sé, de lo que ya pasó. Y no es que no sigan pasando cosas por acá, todo lo contrario, más cosas me pasan, más cosas vivo, experimento y aprendo, pero a veces me tele transportaría a Buenos Aires para no perderme de nada.
Como conté en el anterior post, una de las razones que me hicieron dudar más en irme o quedarme era el cumple y bautismo de mi primer y único sobrino. Eso está pasando en este momento. Ayer fue el cumple de quien iluminó todo mi 2014. No quiero ser tan tremendista y decir que mi 2014 podría haber sido depresivo, pero creo que en algunos momentos le temí a la angustia y la depresión y la realidad es que su presencia me llenó de vida y de alegría. Lo dije varias veces, que mi hermano y su mujer hayan tenido un hijo, tener un sobrino, es una de las cosas más lindas que me podrían haber pasado. De esos sentimientos inexplicables de amor.
Y así, eventos como este, me empezarán a pasar en estos 3 meses. Seguro serán muchos los momentos que me “perderé” y personas a las que hay momentos en los que digo, cómo me gustaría un abrazo, una mirada, un comentario. Pero si sigo con mis sincericidios, no quiero volver a caer en esto. El sentimiento de “no querer perderme de nada” me costó caro cuando volví a Argentina luego de un año en Alemania.
Tal vez la lección sea: “nada se pierde, todo se transforma” diría Jorge {por Drexler, cantante uruguayo, uno de mis preferidos}
Uno no puede recuperar momentos. Uno toma elecciones y esas elecciones tienen sus sucesivos resultados. Querer ganarle al tiempo no quiero que sea más una necesidad. En este tiempo en el Ashram aprendí algo: cuando estás en este estado de paz y amor, el tiempo pierde sentido y solo te dedicas a ser feliz sea el momento que sea, sea donde estés.
Hoy pude sentir esa conexión con mi familia, esa de no sentir el tiempo y el espacio. Verlos a todos reunidos, en el ruido familiar que tanto me gusta, esa euforia, esas ganas de vida. Y sentirme ahí.
Ayer una amiga me habló acerca de ser maestros del tiempo, es algo que Guruji tambien habló como mensaje de navidad. No ser afectados por el tiempo. Y yo le pregunté: y cómo nos volvemos en maestros del tiempo? Y su contestación fue: cuando el tiempo deja de afectarte, cuando el tiempo como clima deja de afectarte si hace frío o calor  y qué importa cuántos años tenes si 27 o 40 para ser feliz.
Algo así me está empezando a pasar.
Qué importa en qué lugar y momento del mundo estoy. Si siento a toda mi gente más cerca que nunca y sobre todo, mi sobrino me abraza por Skype como si estuviera con él.
Reflexiones de un sábado muy caluroso en Bangalore.
Los abrazo

lunes, 2 de marzo de 2015

El día que volvía

Sí, el día que volvía y no volví. Parece que India está tan bueno que sentí que no era el mejor momento para volver. Así que aquí estoy, en Mumbai pero con la diferencia de tomar el vuelo de Lufthansa a Buenos Aires, me estoy tomando un IndiGo a Bangalore devuelta.
Razones lógicas, difíciles de encontrar. La realidad es que cuando uno toma este tipo de decisiones, sí, para dejarlos contentos les puedo decir un montón, las puedo pensar y re pensar en la cabeza.
Pero si realmente me preguntan. Una voz interna que me dice desde hace 2 meses: better stay, better stay.
Esa voz puede ser la correcta o no. No lo sé. No puedo decir que esté en tal plano evolutivo como para decir que es la voz correcta y que no se equivoca, pero sí sé, que todo se dio perfectamente como para que me quede.
Tuve dudas? Miles!!
Empezando por ¿me voy a perder el primer cumpleaños de mi sobrino, mi mayor alegría durante la pesadilla de año que tuve? ¿y el casamiento de una amiga del alma?
Hasta: ¿es un capricho? ¿Qué van a pensar de mí? ¿soy una irresponsable? ¿no debería estar pensando en mi carrera profesional? ¿le estoy escapando a algo? ¿quién me va a creer después de esto, cuando dije SEGURO vuelvo en marzo? ¿mis amigos se olvidarán de mí? ¿mi familia estará bien? ¿y si le pasa algo a alguien?
Podría seguir... pero como se darán cuenta... hubo algo más grande que me movió en esta dirección. Y creo que la mejor respuesta es: siento que es lo que necesito para profundizar mi crecimiento espiritual. Y ese es un compromiso que tomé desde que tomé conciencia de la importancia de esto, sin ser consciente de que así era.
Si yo crezco, todo crece. Si yo estoy floreciendo, puedo generar que todo lo que está cerca mío (en el plano físico y en el sutil) florezca. Así que tomo el compromiso por mí, para poder tomar el compromiso por el mundo.
De seguro hay mil formas para lograr esto. Este es el camino que elegí yo.
Así que por tres meses más de aventuras.
Con todo el amor del mundo.
Los abrazo y están en mi corazón.